domingo, 16 de mayo de 2010

- . - . MULTITUDES . - . -


Sentir, exceso de confluencia de cosas, saciones y momentos.

Es, momentos, tiempos que vienen y que viajan como esporas hasta los lugares insólitos del existir, del vivir.

Añejada la vida se vuelve clásico tulipán holandés, firme frente al viento y débil contra el agua. Escasea la cordura, las personalidades aumentan el cudal de los ríos de la incertidumbre y se emancipa el alma hacia una nueva represión que la convierta en intestino prometeico, preparándose para el martirio senfiterno.

Ésto, depósito a plazo que la microbiología se encarga de cancelar, finalizando la velocidad cotidiana, letargo de incansable debatir corpóreo de la concepción correcta del vivir.

Decaer, reincorporarse, palabras disímiles de tenue asociación que no sea la corporeidad que hoy viaja y golpea la puerta estreabierta. Qué se espera, hacia dónde queda, llamen al sabueso correcto, que venga así como la muerte está aquí, que me lleve o me devuelva, pero no puedo existir en el limbo de la incertidumbre . . .

. . . no quiero divinas comedias

1 comentario:

  1. Me gustaron las imágenes, sobre todo esta: "Añejada la vida se vuelve clásico tulipán holandés, firme frente al viento y débil contra el agua"

    Y el sabueso me hace pensar inevitablemente en Fahrenheit 451...

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